sábado, 16 de mayo de 2009

Más testimonios



Me llamo Francisca Galvez Escalante, siempre tuve intenciones de ir a trabajos pero nunca me habia metido a un equipo para llevarlo a cabo, esta es mi primera experiencia tan cercana.
Fui a la charla en que se dió  el inicio a  los trabajos: me pareció muy interesante por eso decidi meterme a la comisión de formación. La primera vez que fui a la reunión no sabía con qué personas me iba a encontrar o qué era lo que realmente hacía esta comisión. Me encontré con  grandes personas honestas, todos con ganas de ayudar, de poner un granito de arena para que este mundo fuera mejor. Al conocerlos a todos mis ganas por ayudar fueron creciendo, cada vez que habia una reunión trataba de ir, pero al pasar este año con las experiencia que he tenido me he dado cuenta que a la gente uno no solamente la va ayudar construyendo un plaza, o una casa , sino que hacer una diferencia en sus vidas,mostrarles un gesto de cariño hacia ellos, personas que no son solamente pobres en el sentido de lo material sino que tambien en afecto, palabras de comprension. Lo mas importante  es saber que personas han vivido mejor gracias a ti, me he dado cuenta que todas las personas tenemos algo que entregar aunque sea un detalle o algo demasiado grande, y, aunque sean detalles, son éstos los que nos hacentener una sonrisa .
Me siento muy feliz de haberme metido a esta comisión, ya que estos son trabajos también de formación, sin olvidar el verdadero sentido al que uno va hacer que este mundo sea un poco mejor espero que muchos se entusiasmen a ir. 

FRANCISCA GALVEZ 
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Hola, mi nombre es Camila Arias, soy estudiante de 2° año de Kinesiología, y quisiera contarles cómo llegué a Proyecta, qué y quiénes me motivaron a integrarme a este lindo grupo humano de excelentes personas y de servicio social.
Tengo un hermano estudiante de ingeniería UC, que siempre le movió mucho esto de trabajos, y quería que yo también lo viviera, que experimentara todas esas sensaciones de tristezas y alegrías que el me llegaba contando siempre de vuelta, puesto que sabía que me encantaría y me dejaría un huella.
Fue así como mi mejor amiga, un día me llamó y me dijo que me había integrado a una comisión de Proyecta UC para participar de esta gran obra, y yo movida por ella y por todo lo que ya contaba , acepté de inmediato, pues sabía que era mi oportunidad de empezar esto, y experimentar por mi misma esa sensación enorme y gratificante de felicidad con la que todos llegaban de trabajos, renovados y con un mirada distinta del mundo, las cosas y las personas.
A mi siempre me gustó mucho poder ayudar a los demás, creo que a todos los que nos mueve esto y no nos son indiferentes las personas que tienen necesidad u otros problemas buscamos nuestra manera de poder ayudarlos. Pero más concretamente entré a participar del equipo de formación y ya me impresionó muy favorablemente la calidez con la que me recibieron y sus ganas de querer hacerme parte de esta linda obra. Empezamos a trabajar, juntarnos a compartir e intercambiar ideas, opiniones, puntos de vista, y sentí que fuera de todo, teniamos algo todos en común y más allá aún, que nos motivaba y nos unía a seguir trabajando en esto. Fue así como decidí que realmente aún sin vivir mi primera experiencia de este trabajo, ya me sentía enormemente agradecida de haber podido encontrar a este grupo de personas, con sus ideales y ganas de querer hacer un mundo mejor.
Me encantaría poder hacerles llegar mi mensaje, y que al igual que yo se unan, o sigan experimentando estos trabajos. 

Camila Arias.

lunes, 11 de mayo de 2009

Qué tipo de reflexiones?


Uno de los pilares del proyecto es su aspecto formativo. Hay una comisión que trabaja para transmitir, a través de historias y actividades, un mensaje. La intención es que no quedes indiferente y lo adoptes como un sello. 

¿Qué ideas mueven la discusión en Proyecta? ¿Sobre qué cosas nos detenemos a dialogar?

El espíritu de este proyecto está fundado sobre valores cristianos, y se sustenta en el ejemplo de Santa Teresa de Calcuta, por haber reaccionado fraternalmente frente a la miseria de desconocidos, de forma dedicada, persistente, bondadosa e incesablemente laboriosa, con la convicción de la dignidad de cada ser humano.

Lo anterior de ninguna forma excluye a quienes no profesen la religión católica: más allá de dogmas religiosos, importan las lecciones de humanidad y de vida que podemos rescatar e interrogarnos sobre cómo las llevamos a la práctica, en el día a día y en las cosas más simples.

Por eso las reflexiones son motivadas por medio de lecturas que pueden tener distintos alcances para cada uno. Lo relevante es darse cuenta de que el sentido que pueda tener la reflexión trasciende los tres o doce días que duran los trabajos, y puede convertirse en una nueva manera de vivir y relacionarse con los demás.

Lo que sigue es un nuevo testimonio, esta vez de Aldo Caneo, de 2° año de Ingeniería.

Llevaba menos de dos meses en la universidad cuando por primera vez asistía a unas operaciones. No eran una operaciones cualesquiera en que vas a trabajar por unos días y luego vuelves cansado a tu casa. No, era mucho más que eso. Un 30 de abril de 2008 llegué a una esquina del patio de ingeniería con una gran mochila en mi espalda y  una gran duda en mi cabeza por saber quiénes eran mis jefes, con los cuales sólo había hablado por e-mail y celular. Fui muy bien recibido y en seguida mi comunidad tomó confianza. Nuestra labor constructiva era hacer de una plaza un lugar de recreación en 3 días. La comunidad la conformábamos 8 personas. Cada uno de nosotros se destacaba por su gesto, su particular sonrisa y su gran fuerza, cada uno iba a dejar su huella en la 19 de Febrero una bella plaza. Recuerdo que la primera labor que realizamos fue picar la tierra para luego hacer un radier. Ninguno de nosotros era un perito en la labor y algunos como yo ni siquiera habían alguna vez trabajado con el chuzo, pero tuvimos la providencia de que un lugareño tenía experiencia en el trabajo y de él aprendimos mucho (gracias a él terminamos eficientemente la tarea). Al día siguiente fue la hora de hacer el cemento y yo tenía la responsabilidad de llevar aquel cemento hacia el radier. Recuerdo muy bien todo lo que pesaba la carretilla y lo fuerte que pegaba el sol, aún así fui capaz de trasladar esa carretilla más de las veces que podía mi cuerpo. Fueron 3 días en que conocí a toda una escuela que reía y soñaba conmigo. 3 días muy intensos, llenos de esfuerzo, sudor,  sueño, hambre, charlas, sonrisas, compartir con los propietarios de la plaza, con quienes se comparte más que una simple comida o un trabajo bajo el sol, también se comparte la intención de mejorar y vivir viendo en el otro un ser tan preciado como tú. 3 días que nunca se olvidarán. Porque Proyecta son los trabajos que forman comunidad y unión en la gente y en que vives una experiencia intensa de formación y trabajo.